MASONERIA UNIVERSAL
MASONERIA UNIVERSAL
"Una historia escrita en las Estrellas".
Breve historia de la Francmasonería.
La raíces de la Francmasonería se encuentran en los gremios de constructores que, a lo largo de la historia del mundo, han edificado las grandes obras que han señalado el paso de las sociedades humanas. Desde las pirámides del antiguo Egipto, los zigurat babilónicos, el Termplo de Jerusalem, los templos y palacios griegos y romanos, los castillos, fortalezas y catedrales medievales, e incluso los grandes monumentos prehispánicos de América, como Teotihuacán o Macchu Pichu, son ejemplo de ello. Sus técnicas, métodos de enseñanza, filosofía, procesos de aceptación y selección de nuevos miembros, se ven reflejados hoy en día en las enseñanzas y ceremonias de la Francmasonería moderna.
Para comprender la historia de la masonería, es importante conocer el origen del término Masón. Los documentos más antiguos para referirse a los albañiles están escritos en latín o francés normando. Así tenemos "sculptores lapidum liberorum" (Londres 1212), "magister lathomus liberarum Petrarum" (Oxford 1391), y "mestre maçon de Franche pares" (1351), refiriéndose a un trabajador calificado que trabaja o coloca piedra labrada. El adjetivo "libre" en este contexto se refiere a que el albañil no es esclavo, por contrato o feudalmente obligado.
En el medioevo, ser masón o albañil libre garantizaba cierto acceso a la educación. De la mano de un maestro masón y con ayuda de los monjes de los monasterios en los que trabajaban, los jóvenes podían aprender a leer y escribir su lengua materna, algún otro idioma de apoyo y el latín. Posteriormente, alrededor de los 17 años, aprendería las habilidades básicas de la elección, forma, y combinación del tallado de la piedra, y después alrededor de los 21 años aprendería de memoria un gran número de problemas formales en la geometría. Tres años como jornalero solían terminar con la presentación de una obra maestra frente a un problema conjunto en la construcción o diseño. En este punto, fue considerado como calificado, pero aún así tenía una carrera que realizar antes de alcanzar el estado de Maestro Masón en un proyecto importante.
El uso original de la palabra logia (lodge en inglés; loge en francés y loggia en italiano) se refiere al taller erigido en el sitio de una obra importante. Más tarde, ganó el significado secundario de "comunidad de los albañiles" y "lugar donde se reúnen albañiles". Los registros antiguos que se conservan del uso del término se encuentran en las leyes y ordenanzas de la catedral de York en 1352. Otros términos utilizados en el siglo XIX impusieron el término "Gremio" (guilds o fellowships en inglés).
A partir de 1314, y luego de disuelta la Orden del Temple, se produce en Escocia el ingreso de templarios en los gremios masónicos, como medio de protección frente a persecuciones. Esto hace que la masonería operativa escocesa asuma características especiales, influenciada por las concepciones caballerescas templarias, y paulatinamente, a lo largo de siglos, vaya dejando su carácter operativo y asumiendo cada vez más un carácter especulativo; hasta que, en 1737, William Sinclair de Rosslyn, descendiente de caballeros templarios, renunció al privilegio tradicional hereditario de su familia, de dirigir la masonería escocesa, para que se produjera la elección del primer Gran Maestro de la nueva Gran Logia de Escocia, de carácter enteramente especulativo, dignidad que recayó en el propio Sinclair. En los últimos años, sobre todo a raíz de las investigaciones en torno a la Capilla de Rosslyn, han aparecido más datos que dan cuenta de la relación templario escocesa.
La Masonería o Francmasonería moderna, surge en los últimos años del siglo XVII y primeros del XVIII, aunque hay logias que se remontan al siglo XVI. Es, pues, un fruto de la Ilustración. Lo que hace reunirse a aquellos hombres es la voluntad de practicar la tolerancia y la discusión en libertad, algo difícil en aquel tiempo en el que imperaban los dogmas religiosos y las monarquías absolutas. Eran los llamados masones operativos que, a causa de los avances científicos y de la difusión de los antiguos secretos de la ciencia de la Arquitectura, que en el Medievo sólo conocían ellos, habían evolucionado sin perder sus antiguas normas de convivencia, insólitamente igualitarias y democráticas para su época. Esa fue la clave. En aquella Europa que cambiaba y que experimentaba enfrentamientos políticos y religiosos caya vez mayores -como la Guerra de los Treinta Años-, aquellos albañiles y constructores habían ido admitiendo en sus viejos gremios a personas que no pertenecían al oficio, pero que buscaban encontrar un lugar de reflexión y de fraternidad lejos de los dogmatismos y las tiranías. A estos se les llamó masones aceptados.
Así, en aquellas antiguas corporaciones de constructores se encontraron personas que procedían de diferentes territorios, orígenes, religiones y tradiciones culturales. Eso hizo posible que las logias masónicas se convirtiesen en un nexo de confraternización especulativa. Los antiguos albañiles dejaron de trabajar con las manos y comenzaron a hacerlo con el pensamiento. Se hicieron constructores simbólicos.
Esta Masonería especulativa o filosófica fragua en 1717, cuando cuatro logias londinenses deciden formar un organismo común y fundan la Gran Logia de Londres y Westminster: la primera federación de logias masónicas (también llamada Gran Logia u Obediencia) de la historia.
Las normas que reglamentan su organización y sus trabajos aparecen en 1723, año en que se publican las "Constituciones" redactadas por James Anderson y Théophile Désaguliers. Ese documento reúne y fija los viejos principios y se le conoce, desde entonces, como Constituciones de Anderson.
A partir de una serie de altos grados surgidos por influencia de la masonería jacobita, se van configurando los ritos llamados escoceses y, principalmente por la vía del Capítulo de Clermont de 1754, el Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente de 1758, las actuaciones de Etiene Morin desde 1761, el Consejo del Rito de Perfección de Charleston de 1797 y su trasformación, en 1801, en Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales, grado 33º, de EE. UU., se conforma el moderno Rito Escocés Antiguo y Aceptado, manteniendo la tradición y doctrina de la masonería escocesa.
Entre 1726 y 1728 la masonería inglesa se establece en Francia. En 1732 se funda la primera Logia francesa en París, recibiendo patente de la Gran Logia de Londres. Muy rápidamente se crean otras Logias francesas y en 1738 se constituye la primera Gran Logia de Francia.
En 1733, Henry Price, el Gran Maestro Provincial sobre América del Norte para la Gran Logia de Inglaterra, concedió una carta a un grupo de masones de Boston. Esta Logia más tarde fue nombrada de Saint John y fue la primera logia debidamente constituida en Estados Unidos. Entre 1733 y 1737 la Gran Logia de Inglaterra establece Grandes Logias provinciales en Massachusetts, Nueva York, Pensilvania y Carolina del Sur. Benjamin Franklin reeditó en 1723 las Constituciones de Anderson como Gran Maestro Provincial de Pensilvania.
En 1773 la primera Gran Logia se reestructura como una federación de ritos, pasando a denominarse el Gran Oriente de Francia. En vísperas de la Revolución, aglutina a varias decenas de millares de Francmasones. Posterior a la Revolución, el dominio francés sobre España, hace que se vuelva muy popular el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, pese a que ya se encontraban registradas logias del Rito de York. Por esta vía, llega a Hispanoamérica este rito, siendo más popular el de York en Norteamérica, por influencia del colonialismo inglés.
En 1823 la Gran Logia Unida de Inglaterra unifica los rituales transmitidos oralmente y se imprime el Ritual de Emulación. Por este motivo, el rito practicado por la Gran Logia Unida de Inglaterra y otras obediencias y logias que lo siguen, se denomina Rito de Emulación, aunque también suele denominarse (principalmente en Estados Unidos) Rito de York.
En tiempos modernos, muchos regímenes totalitarios del siglo XX, tanto fascistas y comunistas, han tratado a la masonería como una fuente potencial de la oposición debido a su carácter de libre pensamiento y sus nexos internacionales (por no hablar de su promoción de la tolerancia religiosa y política a través de su simbolismo) pero pese a ello la discreción de los trabajos masónicos han hecho trascender a nuestra orden hasta el siglo XXI, logrando incluso, establecer en 1969, de forma simbólica, una Logia en nuestro satélite natural, gracias al insigne masón y astronauta Edwin Eugene "Buzz" Aldrin, con lo cual podemos decir que las fronteras de la masonería, se extienden hasta el universo.
Nombres como Lafayette, Bolívar, Wellington, Garibaldi, Bakunin, Churchill, MacArthur, Marshall, Eduardo VIl, Mozart, Haydn, Berlioz, Cherubini, Liszt, Sibelius, Louis Armstrong, Duke Ellington, Beethoven, Lessing, Herder, Fichte, Goethe, Krause, Voltaire, Franklin, Fermi, Fleming, Ramón y Cajal, Lindberg, Montgolfier, Rubén Darío, Conan Doyle, Kípling, Puskin, Walter Scott, Mark Twain, Oscar Wilde, Walt Disney, Clark Gable, Oliver Hardy, John Wayne, Peter Sellers, Douglas Fairbanks. Telly Savallas, André Citröen, Walter Chrysler, Henry Ford, George Pullman, Charles Hilton, Samuel Colt, King C. Gillette, Joseph I, Guillotin, Washington, Jefferson, Madison, Monroe, McKinley, Theodore y Franklin Delano Roosevelt, Truman, Johnson, Aldrin, Cooper, Eisele, Grissom, Amstrong, Glenn, Enrico Fermi, Belgrano, Díaz, Cárdenas, Juárez, Martí, O'Higgins, Portes Gil, Mario Moreno, Joaquín Pardavé, etc., crean por sí mismos una historia completa y muy amplia de exponer, pero la realidad es que hoy en día, sigue habiendo hombre libres y de buenas costumbres que siguen y seguirán escribiendo la historia de la Francmasonería más allá de las estrellas.